En esta campaña, Elisa Pomar regresa a la esencia de aquello que siempre ha estado ahí, pero que pocas veces se mira con verdadera atención: la verdad sin artificios — Sa veritat. Una verdad que nace de la payesía, de la poesía silenciosa de la casa payesa, de sus muros encalados, de su luz, de sus texturas.

Cada imagen revisita la memoria rural de la isla a través de los elementos más fundamentales de un hogar: la piedra quemada por el sol, las sombras que se deslizan por las paredes blancas, las granadas, las conchas, las ramas, los huevos, los objetos que habitan lo cotidiano. Esos pequeños fragmentos de vida doméstica se convierten aquí en símbolos, portadores de los códigos más profundos de Ibiza: sus colores, su crudeza, su brillo, sus irregularidades orgánicas, todo aquello que compone el alma primitiva de la isla.

En este universo visual, la joya no adorna: revela.
Las piezas de Elisa Pomar —herederas de siglos de tradición ibicenca— no son un accesorio, sino contenedores de memoria. Conservan el peso de la historia y la ligereza de lo que evoluciona; traducen lo rural, lo ancestral y lo íntimo a un lenguaje contemporáneo lleno de belleza y carácter.

Nada está impostado. Nada está forzado.
Solo la isla hablando con su propia voz.

La campaña nos invita a reencontrarnos con Ibiza desde su raíz: la tierra, la casa, el silencio, los símbolos que han nutrido su identidad desde siempre. Un recordatorio de que el verdadero lujo nace de lo real, de lo que tiene alma, de lo que perdura.

Esto es Ibiza despojada hasta su esencia.
Esto es la veritat.